Decenas de personas recibieron al enviado del Papa, Giovanni Re, hoy a las 9.30 en la puerta de la cárcel de mujeres, en la Banda del Río Salí. Re desayunó con las reclusas durante una hora.
En el marco del XI Congreso Eucarístico Nacional, los congresistas y allegados de la zona esperaron desde las 8.30 con banderas argentinas y papales, con las que saludaron al Cardenal al llegar y que agitaron luego de que volviera a salir para despedirse.
El arribo del religioso a la penitenciaría fue custodiada por 10 gendarmes, la Policía de la localidad y el grupo CERO y, con ellos, todos los móviles que rodeaban a la trafic donde el venía Re sentado. El ministro de Seguridad, Regino Amado, acompañó Giovanni durante todo el recorrido.
Luego del desayuno, el enviado se acercó a la puerta para saludar a los presentes y la seguridad no pudo con la alegría de los creyentes.
"Espero verlos mañana en el Hipódromo", fue el pedido de Re y luego les dio la bendición a todos.